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Jesús Díaz Morón

Soporte vital y estado físico

INTRODUCCIÓN

El análisis del estado físico de los reanimadores y su rela-

ción con la supervivencia de los pacientes en situación de para-

da cardiorrespiratoria no han sido completamente estudiados y,

aunque es cierto que los resultados obtenidos apuntan hacia la

existencia de esta relación, en el momento actual no disponemos

de estudios suficientes para establecerla.

Algunos autores concluyen que los profesionales entrena-

dos en reanimación cardiopulmonar (RCP) toleran bien la prác-

tica de compresiones torácicas externas (CTE) ininterrumpidas

durante 2 minutos (1) y que en determinadas situaciones como

un rescate acuático simulado la fatiga tiene un impacto míni-

mo en el rendimiento de la RCP (2). Sin embargo, son nume-

rosos los estudios que establecen que la fatiga del reanimador

afecta negativamente a la calidad de las CTE cuando se realizan

durante un periodo de tres minutos y que la profundidad de

las mismas disminuye en los dos primeros (3-5), observándose

también esta disminución en la profundidad después de 90 se-

gundos de RCP hospitalaria real

(6)

. Así mismo, las guías actuales

del European Resuscitation Council (ERC) establecen que reali-

zar compresiones torácicas de alta calidad durante un tiempo

prolongado produce cansancio y aconsejan a los reanimadores

turnarse cada 2 minutos (7).

En la década de los 90 varios autores sugirieron que la mejo-

ra de la capacidad de trabajo mediante un programa de entrena-

miento aeróbico (8) y un cierto nivel de condición física (9) podría

ser útil para prolongar la duración de la RCP. Más tarde, algunos

estudios han sugerido que un programa de entrenamiento de la

fuerza muscular en los reanimadores podría tener un efecto posi-

tivo en la calidad del masaje cardiaco (10) y que dada la relación

existente entre la capacidad de ejercicio aeróbico y la calidad de

la RCP, podría ser recomendable para los profesionales de la salud

que participan regularmente en reanimaciones cardiopulmona-

res mantener una actividad física regular (11).

El diseño de un programa de entrenamiento muscular para

reanimadores profesionales debería hacer especial hincapié en

los músculos erectores de la columna, pectoral mayor y recto

abdominal (12). La fuerza muscular del reanimador influye en la

capacidad de proporcionar CTE adecuadas, por lo que el ejercicio

destinado a mejorar la fuerza muscular de la parte superior del

cuerpo podría mejorar la capacidad de realizar una RCP adecua-

da (13) ya que los sujetos entrenados en este sentido tienen una

potencia máxima muscular más elevada y son capaces de realizar

con menor nivel de esfuerzo percibido ciclos de RCP que requie-

ran mayor intensidad (14).

Recientemente, un estudio publicado en 2016 ha señala-

do el impacto significativo de un programa de entrenamiento

centrado en la fuerza muscular y adecuado a la condición física

de cada sujeto en la calidad de las CTE y su mantenimiento en

el tiempo (15).

OBJETIVO

Diseñar un programa de entrenamiento físico específico

para profesionales del soporte vital básico.

MATERIAL Y MÉTODOS

Las características temporales a las que se ve sometido un

reanimador que debe atender una parada cardiorrespiratoria tie-

nen importantes aplicaciones fisiológicas. Los cortos periodos de

descanso y los consiguientes esfuerzos de alta intensidad en el

mejor de los casos, cuando tengamos varios reanimadores dis-

ponibles atendiendo la parada, necesitan un gran porcentaje de

participación del metabolismo anaeróbico láctico al comienzo de

la reanimación y, en el probable caso de que ésta se alargue en el

tiempo hasta la llegada de los servicios sanitarios, prevalecerá el

metabolismo aeróbico, por lo que los reanimadores necesitan te-

ner sistemas energéticos anaeróbicos y aeróbicos apropiados para

mantener el mayor tiempo posible la intensidad de la reanimación.

Otro de los factores importantes a tener en cuenta es la dis-

ponibilidad aeróbica de los sujetos. Una buena disponibilidad aeró-

bica contribuye a los periodos de recuperación en el caso de que se

realice una maniobra de resucitación con más de un reanimador,

así como a un mejor rendimiento a lo largo de los minutos de la

reanimación (16).

Estas características expuestas acerca del perfil energético de

los reanimadores cardiopulmonares afectan de forma especial al

trabajo de fuerza a realizar con éstos.

El entrenamiento HIIT (Hight Intensity Interval Training) tra-

ducido al castellano como entrenamiento interválico de alta inten-

sidad, es un herramienta utilizada en los entrenamientos de fuerza

con el fin de mejorar la capacidad física y la salud al tiempo que

reduce los niveles de grasa y produce un aumento del metabolismo

basal (17,18).

La metodología del entrenamiento HIIT implica una alternan-

cia entre ejercicios de alta y baja intensidad. Los trabajo de alta

intensidad se realizan normalmente por encima del umbral de

lactato, cerca del VO

2 máx

(consumo máximo de oxígeno) y llevan al

cuerpo al límite inmediatamente anterior a la fatiga volitiva. Este

trabajo de alta intensidad es seguido de una recuperación de baja

intensidad que permite al cuerpo amortiguar este choque y aclarar

el ácido láctico a partir de la sangre, permitiendo así recuperarse al

individuo para realizar otro intervalo de alta intensidad.

El entrenamiento interválico de alta intensidadmejora el VO

2máx

,

la actividad enzimática máxima, la potencia máxima de la capaci-

dad anaeróbica e incluso produce mejoras en el rendimiento de re-

sistencia en mayor medida que el entrenamiento continuo. Esto se

debe en parte a una contribución de la regulación del metabolismo

aeróbico y anaeróbico. El HIIT aumenta la disponibilidad de ATP, lo

que mejora el estado del músculo que trabaja con la obtención de

energía durante el entrenamiento anaeróbico y los intervalos de

alta intensidad. Además, durante la fase de recuperación, el meta-

bolismo aeróbico es importante en la resíntesis de fosfocreatina y

la eliminación de ácido láctico, por lo tanto provoca una mejora en

la capacidad del metabolismo aeróbico (17,19).

El hecho de que se produzcan este tipo de mejoras en los

sujetos y viendo las necesidades energéticas y limitaciones de los

individuos en lo que se refiere a altas concentraciones de lacta-

to, hacen de este tipo de entrenamiento una herramienta idónea

para trabajar con los profesionales de la reanimación.

RESULTADOS

Una vez analizadas las vías energéticas implicadas duran-

te el proceso de reanimación cardiopulmonar y las estructuras

musculares que se ven afectadas en el cuerpo del reanimador,

el siguiente paso es diseñar un programa de entrenamiento que

permita potenciar estos elementos y otorgar una mayor eficacia y

eficiencia a la técnica de reanimación.

El programa de entrenamiento cuenta con dos sesiones de

entrenamiento semanales en un periodo de 10 semanas, consi-

derando un plazo de 8 semanas como el óptimo para que se pro-

duzcan adaptaciones adecuadas y los sujetos tengan adherencia

al programa.

Contamos con una muestra de

23 sujetos, por lo que nos

decantamos por un entrenamiento tipo circuit training o entre-

namiento por estaciones en el que el grupo se dividirá en parejas

que ocuparán cada una de las postas.

Los ejercicios a realizar en cada una de las postas cuentan

con actividades dinámicas de alta intensidad, ejercicios de fuerza

en los que se implica directamente la musculatura interviniente